La presidencia de la cumbre, que está en manos de Brasil, ha asegurado que “el departamento de bomberos y los agentes de seguridad de la ONU respondieron con rapidez y el incendio fue controlado en aproximadamente seis minutos”, aunque dejó imágenes muy llamativas que han corrido entre los móviles de los asistentes y en las redes sociales. Finalmente, las instalaciones se han reabierto sobre las 20.40, casi siete horas después del siniestro, para que continúen las negociaciones.
“El Gobierno brasileño y la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático han decidido conjuntamente cerrar temporalmente la zona azul mientras el departamento de bomberos realiza una evaluación integral de seguridad”, ha asegurado la presidencia brasileña de la COP30. La reapertura, una vez que se ha certificado que era seguro, se ha producido a las 20.40 y los delegados de los casi 200 países que negocian en estas citas han vuelto a la reunión para tratar de cerrar un complicado acuerdo. Lo que sí ha anunciado la ONU es que no se celebrará ningún plenario, donde se adoptan los acuerdos, hasta al menos la mañana viernes.
Los equipos de bomberos que han llegado hasta las instalaciones ―que se han quedado a oscuras y sin electricidad― de las primeras medidas que han tomado ha sido abrir las carpas y romperlas para que dejar salir el humo que se había acumulado.
Los miles de asistentes a la cumbre han permanecido fuera a la espera de que se decida si se puede volver a entrar durante un tiempo, hasta que desde la organización se ha aclarado que no se volvería a dejar entrar a nadie hasta la noche. Una queja repetida es que no haya sonado ningún tipo de señal de alerta para desalojar cuando se ha producido el fuego, sino que hayan sido los propios asistentes los que se han ido avisando principalmente.
Tras ser desalojados la delegación española, con la vicepresidenta Sara Aagesen, se ha reunido a las afueras de la cumbre. Todos sus miembros se encuentran bien, y se han marchado a la espera de saber cuándo pueden regresar a la COP.
El fuego se ha producido en plenas negociaciones para el impulso de una hoja de ruta para dejar atrás el petróleo, el gas y el carbón, principales responsables del cambio climático. Impulsada por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, la iniciativa es apoyada por unos 80 países, pero tiene la oposición frontal de otros gobiernos que dificultan su aprobación.

