El aumento de bacterias resistentes que afectan a los humanos llevó a la prohibición del uso de antibióticos como promotores de crecimiento (APC) en la Unión Europea en 2006. Desde entonces, esta tendencia se ha extendido globalmente. Sin embargo, la reducción en el uso de antibióticos y el cambio en la dieta de las aves de corral han contribuido a un aumento en los casos de enteritis necrótica (EN), una enfermedad que puede causar una mayor mortalidad y una menor eficiencia en la conversión alimenticia.
La EN en pollos se presenta como una enterotoxemia aguda o crónica, donde la enfermedad aguda provoca niveles significativos de mortalidad, y la enfermedad crónica conduce a la pérdida de productividad y problemas de bienestar.
Esta toxoinfección es causada principalmente por cepas de *Clostridium perfringens* tipo A y, en menor medida, tipo C. La infección clínica se produce cuando *C. perfringens* prolifera en grandes cantidades en el intestino delgado y produce toxinas extracelulares que dañan el tracto gastrointestinal (Keyburn et al., 2008). Esta enfermedad afecta a todos los países productores de pollos y representa una carga considerable para la industria avícola. Se estima que la enfermedad cuesta a la industria avícola internacional más de 2,000 millones de dólares anuales (Lui et al., 2019).
Desafíos y Prevención en la Producción de Aves de Corral
Con la creciente conciencia de los consumidores, uno de los mayores desafíos que enfrentan los productores de aves de corral es mantener la salud intestinal y prevenir la enteritis necrótica (EN) bajo programas de crianza libre de APC (Lui et al., 2019). En esta revisión, presentaremos un panorama sobre el desarrollo de la enfermedad y sus implicaciones, los factores que la promueven y las estrategias para prevenir su aparición, enfocándonos en el uso de herramientas naturales alineadas con las nuevas tendencias del mercado.
¿Qué es la Enteritis Necrótica?
La EN es una enfermedad que afecta a las aves domésticas y comerciales en todo el mundo, causando grandes pérdidas económicas para la industria avícola. Se caracteriza por la muerte repentina de las aves y la distensión del intestino con necrosis de la mucosa, lo que provoca retrasos en el crecimiento y, en los peores casos, la muerte de los animales. Los signos agudos incluyen una depresión repentina y aves con plumas erizadas, que rápidamente evolucionan hacia la muerte, reflejando un aumento repentino en la mortalidad del grupo, pudiendo alcanzar más del 50% en uno o dos días. Por otro lado, en su forma subclínica, no se observan signos clínicos ni aumentos en la mortalidad, pero sí una reducción en la ganancia de peso y una conversión alimenticia deficiente, siendo esta última la que más afecta económicamente (Timbermont et al., 2011).