¿Cómo manejar el estrés por calor en gallinas ponedoras comerciales?

Las aves poseen la capacidad de regular su temperatura corporal dentro de un estrecho rango. Sin embargo, temperaturas ambientales elevadas pueden desencadenar estrés por calor, resultando en eventos de termorregulación que son perjudiciales para la salud, bienestar y rendimiento de las aves.

Este artículo examina el impacto del clima cálido en las gallinas ponedoras, especialmente relevante en regiones tropicales donde el estrés por calor genera considerables pérdidas económicas en empresas avícolas, afectando significativamente la productividad y aumentando la mortalidad.

 

Las altas temperaturas en los galpones avícolas pueden tener efectos negativos tanto en la producción de huevos (cantidad, tamaño y calidad), como en la fisiología de las aves, resultando en una mayor mortalidad. Las aves aumentan la frecuencia del jadeo hasta diez veces cuando la temperatura ambiente supera su zona termoneutral.

 

En condiciones ambientales normales, las aves mantienen su equilibrio térmico con el entorno. Sin embargo, cuando la temperatura varía, las aves deben compensar estas variaciones, ya sea por encima o por debajo de su zona de confort térmico.

 

El estrés por calor comienza cuando la temperatura ambiente supera los 26,7°C, agravándose aún más por encima de los 29,4°C. El jadeo en las aves indica que ya han comenzado cambios fisiológicos para disipar el exceso de calor. Por tanto, cualquier medida para mantener a las aves cómodas antes de llegar a este punto ayudará a preservar el crecimiento, la fertilidad, el tamaño y calidad de los huevos, así como la producción en general.

 

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