A pesar de que existen diversas opiniones en cuanto a la temperatura óptima del agua para los pollitos jóvenes, es un hecho que los criadores tienen un control limitado sobre la temperatura del agua que consumen sus pollitos. Esta limitación se debe principalmente a que la temperatura del agua, en términos prácticos, está determinada por la temperatura ambiente dentro del galpón.
En otras palabras, si la temperatura del aire es de 32ºC, el agua se mantendrá alrededor de esa misma temperatura, y si la temperatura ambiente es de 27ºC, el agua seguirá estando a una temperatura similar, independientemente de la temperatura a la que entre al galpón.
Esta situación se debe a que el consumo de agua por parte de los pollitos es muy bajo, lo que resulta en un movimiento extremadamente lento del agua a lo largo de una línea de bebederos. En promedio, el agua se desplaza a una velocidad de menos de 30 cm por minuto, lo que significa que puede tomar más de una hora para que el agua recorra los primeros 15 metros de una línea de bebederos que puede tener entre 59 y 90 metros de longitud.
Esta limitación en el control de la temperatura del agua subraya la importancia de mantener una temperatura ambiente adecuada en el galpón para garantizar el bienestar de los pollitos, ya que la temperatura del agua seguirá la tendencia de la temperatura del aire en la nave.