Durante la XXIV reunión del Foro de Ministras y Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe, la presidenta, Dina Boluarte, aseguró que el Perú está tomando muy en serio el cuidado del medio ambiente, pero el Perú se consolidó como el quinto país con mayor pérdida de bosques tropicales a nivel mundial, con más de 190 mil hectáreas destruidas en un solo año.
En su intervención, también vinculó la crisis hídrica a la minería ilegal, que afecta las cabeceras de cuenca y contamina el agua destinada a las comunidades, y alertó sobre el riesgo de que la seguridad alimentaria se convierta en un problema mayor si no se gestiona adecuadamente el uso de la tierra y los recursos hídricos.
Perú perdió más de 190 mil hectáreas de bosque
Sin embargo, los registros de 2024 muestran una realidad que contrasta con el discurso oficial. Perú perdió más de 190 mil hectáreas de bosques tropicales, lo que representa un incremento del 135% respecto al año anterior, según datos de Global Forest Watch.
El análisis de las causas detrás de este fenómeno revela que la práctica de roza y quema para habilitar tierras agrícolas fue el principal motor de la deforestación. La Defensoría del Pueblo identificó que esta técnica, utilizada especialmente durante la temporada seca, se descontroló y provocó una emergencia ambiental. Entre mayo de 2024 y mayo de 2025, el monitoreo satelital detectó más de 5.000 alertas de incendio de alta confianza en la Amazonía peruana.
A este escenario se sumó la modificación de la ley forestal, que eliminó la obligación de realizar un análisis técnico previo antes de cambiar el uso de suelos privados. Ambientalistas advierten que este cambio normativo facilitó la tala ilegal con fines agrícolas, amplió la frontera agropecuaria en zonas selváticas y elevó el riesgo de incendios, agravando la crisis ambiental.