El estrés calórico constituye uno de los principales desafíos en la avicultura moderna, especialmente en regiones tropicales o durante temporadas cálidas. Este fenómeno ocurre cuando las aves se enfrentan a temperaturas ambientales elevadas que superan su capacidad de termorregulación, lo que genera una serie de alteraciones fisiológicas, inmunológicas y productivas que comprometen su bienestar y rendimiento.
Alteraciones fisiológicas
Ante condiciones de calor extremo, las aves activan mecanismos fisiológicos para disipar el exceso de calor, como el jadeo, el aumento del consumo de agua y la vasodilatación periférica. Estas respuestas, aunque esenciales para la supervivencia, conllevan efectos secundarios adversos. Por ejemplo, el jadeo incrementa la pérdida de dióxido de carbono, generando un desequilibrio ácido-base conocido como alcalosis respiratoria, que afecta la homeostasis corporal y el metabolismo.
Asimismo, se produce una disminución del consumo de alimento, lo cual afecta la ganancia de peso y la conversión alimenticia. Las altas temperaturas también alteran la secreción hormonal, especialmente la reducción de triyodotironina (T3) y tiroxina (T4), lo que disminuye la tasa metabólica y, en consecuencia, la producción de calor corporal. Esta respuesta, aunque adaptativa, compromete el crecimiento y la eficiencia productiva.
Impacto sobre el sistema inmunológico
El estrés calórico induce inmunosupresión, debilitando la capacidad del organismo para responder frente a agentes patógenos. Se ha evidenciado una disminución en el número y funcionalidad de células inmunitarias, como los linfocitos, así como una reducción en la producción de anticuerpos. Esta alteración compromete tanto la inmunidad innata como la adaptativa, aumentando la susceptibilidad a enfermedades infecciosas y reduciendo la eficacia de los programas vacunales.
Además, el estrés térmico activa el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, elevando los niveles de corticosterona, una hormona con efectos inmunosupresores que también altera el comportamiento y el metabolismo de las aves.
Consecuencias sobre el desempeño productivo
Desde el punto de vista productivo, el estrés calórico reduce significativamente la ganancia de peso, la conversión alimenticia, la tasa de postura y la calidad del huevo. En pollos de engorde, se observa una disminución en el crecimiento corporal y un aumento en la mortalidad, mientras que en gallinas ponedoras se reporta una reducción en el tamaño del huevo, el grosor del cascarón y la persistencia de la postura.
Estos efectos no solo afectan la rentabilidad económica de la producción avícola, sino que también comprometen la calidad y seguridad del producto final, generando implicaciones para el consumidor.
Conclusiones
El estrés calórico representa un factor limitante para la eficiencia de los sistemas de producción avícola, al impactar negativamente la fisiología, el sistema inmunológico y los parámetros productivos de las aves. Por tanto, resulta fundamental implementar estrategias de manejo ambiental, nutricional y genético que permitan mitigar sus efectos y preservar tanto el bienestar animal como la sostenibilidad del sector.