Impacto de los Pigmentos en la Productividad y Calidad del Huevo de Gallinas Ponedoras

En los últimos años, el huevo de gallina se ha consolidado como una de las principales fuentes de proteína a nivel mundial, gracias a su alto valor nutricional. Según el MAGP (2021), la producción global de carne de pollo aumentó de 99,25 millones de toneladas en 2020 a 100,5 millones de toneladas en 2021.

Este crecimiento refleja la importancia del huevo en nuestra alimentación, ya que es una de las fuentes de proteína más completas, proporcionando casi todas las vitaminas y minerales, excepto la vitamina C. Además, su accesibilidad y bajo costo lo convierten en una opción popular.

 

Durante mucho tiempo, se pensó que consumir huevo entero incrementaba el colesterol debido a la yema. Sin embargo, investigaciones recientes (Dussaillant et al. 2017) han demostrado que su consumo no afecta los factores de riesgo cardiovascular en personas saludables o en aquellas con problemas cardíacos preexistentes.

 

El color de la yema ha demostrado ser crucial para las ventas, ya que los consumidores tienden a preferir yemas más pigmentadas. Para lograr estos tonos más intensos, se añaden carotenoides a la dieta de las aves. Con el tiempo, el conocimiento sobre la pigmentación y las necesidades específicas de las aves ha mejorado, haciendo de este proceso algo más técnico y efectivo (Rojo 2014). Además, el atractivo visual de los alimentos influye directamente en su aceptación, y los colorantes no solo embellecen sino que también conservan el aroma y sabor (Sánchez Juan 2013).

 

Para maximizar la rentabilidad en una granja avícola, es esencial optimizar tanto la producción como la calidad del huevo, además de mantener bajas tasas de mortalidad entre las aves. Tradicionalmente, se creía que la alimentación a base de maíz era la única responsable del color de la yema. No obstante, ahora se sabe que la adición de carotenoides, dependiendo del mercado, juega un papel fundamental, evaluándose este color con la escala de Roche (Rey de las Moras 2008).

 

Entre las fuentes más comunes de carotenoides en la industria avícola se encuentran la Cantaxantina, el Achiote y el Curry. La Cantaxantina, por ejemplo, no solo intensifica el color de la yema, sino que también aporta propiedades antioxidantes, antimutagénicas y anticancerígenas, convirtiéndola en un aditivo ampliamente usado en la producción de huevos (Rojas V. et al. 2015).

 

El Achiote (Bixa orellana) es otra fuente natural de pigmento, extraído de las semillas de una planta arbustiva, que puede alcanzar hasta seis metros de altura. Este pigmento, aprobado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es no tóxico, insípido y no altera el sabor de los alimentos (Arce 1983).

 

Por último, el Curry (Murraya koenigii), conocido por su uso en la cocina, es un árbol cuyas hojas no solo se valoran por su sabor, sino también por sus cualidades pigmentantes.

 

Este estudio se enfocó en evaluar cómo diferentes pigmentos afectan la calidad del huevo y en analizar la eficacia de distintas dietas en la productividad de las gallinas ponedoras.

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