Importancia del alimento preiniciador en pollos de engorde

En la década de 1980, los pollos necesitaban aproximadamente 60 días para alcanzar un peso de 2.3 kg, y la primera semana de vida representaba el 11% del tiempo total de crianza. Hoy en día, gracias a los avances en la genética, es posible alcanzar ese mismo peso en solo 36 a 37 días, lo que significa que la primera semana de vida de un pollo ahora representa casi el 20% del tiempo de crianza (Adaptado de Revista NutriNews 2017).

Tradicionalmente, los programas de alimentación para pollos de engorde se han basado en un mínimo de tres fases: iniciador, crecimiento y finalización. Sin embargo, investigaciones han revelado que la digestibilidad de los nutrientes en los pollos jóvenes es aproximadamente un 15% más baja en comparación con los pollos adultos. Esta baja digestibilidad implica que cualquier alimento no digerido pasa al intestino grueso, donde alimenta bacterias (benéficas o patógenas) y parásitos.

 

La limitada capacidad digestiva de los pollitos durante los primeros siete días de vida se debe a un sistema enzimático subdesarrollado y a una capacidad de absorción reducida (Lamot et al., 2019). Por lo tanto, en la producción de pollos de engorde, los primeros siete días son cruciales y lo que ocurra durante este período impacta directamente en el rendimiento futuro del pollo, lo que justifica plenamente la necesidad de un alimento especializado para esta fase.

 

Factores a Considerar en el Diseño de un Alimento Preiniciador:

Una alimentación temprana, dentro de las primeras 48 a 72 horas de vida de los pollitos, resulta en una mejora significativa de la productividad, acelera el desarrollo del tracto gastrointestinal y contribuye positivamente al desarrollo del sistema inmunológico (Sklan, 2003). El periodo inmediatamente posterior al nacimiento es crucial, y es vital asegurar una rápida ingesta del alimento balanceado, facilitando su acceso, disponibilidad y aceptación para optimizar la producción. Es esencial conocer cuánto come un pollito durante la primera semana de vida, ya que, por muy especializado y altamente digestible que sea el alimento, si los pollitos no lo consumen, no se logrará un buen peso.

 

  1. Presentación Física del Alimento:

Cuando se detecta un bajo consumo de alimento que no está relacionado con factores como la calidad del pollito o el clima, es probable que el problema esté en la presentación física del alimento.

 

Los alimentos en harina suelen ser menos efectivos para el aumento de peso inicial, ya que a los pollitos les cuesta comenzar a comer, especialmente si se trata de harinas pulverulentas y secas, con bajo contenido de grasa (Barragán, 2024). Incluso las migajas, si son demasiado duras o de tamaño inadecuado, pueden causar problemas similares. La dureza de la miga es un factor determinante que limita el consumo en pollitos con picos muy delicados durante los primeros días.

 

Algunos estudios sugieren que la presentación del alimento en forma de pellet puede ofrecer beneficios como un mayor crecimiento en edades tempranas y un aumento de la productividad en general (Cerrate et al., 2008; 2009; Michard y Rouxel, 2014). Esta mejora se explica bajo la hipótesis de que las aves seleccionan el tamaño adecuado del alimento según su capacidad oral, lo que les permite optimizar la energía al consumir y favorece una ingesta más eficiente.

 

Una investigación comparó la presentación del alimento preiniciador en micropellet versus migaja como estrategia para incrementar la vitalidad y el rendimiento productivo en pollitos de bajo peso al nacer. Los resultados mostraron que el micropellet mejoró los resultados productivos a corto plazo (primeros 7 días) y mediano plazo (37 días de engorde), con un mayor peso vivo final (1.7%) y una mejor eficiencia alimentaria (1.2%). Además, el micropellet aumentó el consumo de alimento en pollitos con menor peso inicial en un 32.7% (Verdú et al., 2021). Por lo tanto, el micropellet se presenta como la mejor opción para incrementar el consumo y crecimiento en pollitos, mejorando consecuentemente la productividad global en el engorde.

 

  1. Uso de Aditivos para Mejorar el Consumo de Alimento:

El empleo de ciertos aditivos puede aumentar el consumo voluntario de los pollitos, mejorando su peso inicial y la composición del tejido muscular en esta etapa. El butirato, especialmente en ciertas presentaciones, tiene la capacidad de incrementar el consumo en los primeros días de vida. Además, estudios indican que la combinación de niveles más altos de betaína con el uso de butirato contribuye al desarrollo intestinal e incrementa el consumo voluntario.

 

 

  1. Perfiles de Aminoácidos en Alimentos Preiniciadores:

En cuanto a los niveles de proteínas y aminoácidos en las dietas preiniciadoras de pollos de carne, las investigaciones presentan opiniones divergentes, especialmente en lo que respecta a los niveles de lisina.

 

 

Al reducir los niveles de proteína bruta de la dieta, se puede llegar a bajar significativamente los aportes de ciertos aminoácidos no esenciales.

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