La dermatitis plantar es un problema frecuente en las aves de corral, impactando el bienestar animal, el crecimiento y la calidad del producto final. Aunque se ha considerado que la etiología es multifactorial, con la humedad de la cama como el factor principal, la susceptibilidad de los individuos dentro de un lote de aves de origen similar es inconsistente, sugiriendo posibles variaciones en el desarrollo inicial.
PODODERMATITIS: UNA AFECCIÓN COMPARTIDA
Las lesiones de pododermatitis afectan a diversas aves, como pollos, pavos y patos (McFerran et al., 1983; Mayne et al., 2005; Gibson, 2007). Aunque no se ha realizado un estudio comparativo de las lesiones entre especies, se observa una variabilidad macroscópica en la extensión y gravedad de las lesiones, desde decoloración leve de la piel hasta ulceraciones profundas (Mayne et al., 2005). En las etapas tempranas, se manifiestan queratosis, erosiones, pequeñas descamaciones y costras marrones, que pueden evolucionar hacia fisuras y ulceraciones (Santos et al., 2002; Mayne et al., 2005; Allain et al., 2011).
DINÁMICA DE LA LESIÓN
En las fases iniciales de la pododermatitis, se observa queratosis y erosiones, seguidas por pequeñas descamaciones y costras marrones, que pueden progresar hasta fisuras y ulceraciones. Simultáneamente, se presenta inflamación, hiperplasia de la epidermis, necrosis y posibles infecciones bacterianas secundarias (Greene et al., 1985; Pass, 1989).
ANÁLISIS HISTOMORFOLÓGICO
Desde un enfoque histomorfológico, la principal lesión es la hiperplasia de la epidermis con la individualización de las capas de queratina (Pass, 1989; Platt et al., 2001). Esta acantosis implica un crecimiento papilar consecuente (Pass, 1989). En las etapas avanzadas, el estrato córneo muestra defectos evidentes con engrosamiento y formación de «cuernos» (Martland, 1984; Whitehead, 1990), seguido por una respuesta linfocítica y granulocítica con dilatación concomitante de los vasos sanguíneos (Martland,1985; Greene et al., 1985; Whitehead, 1990; Santos et al., 2002).
DESARROLLO Y CURACIÓN
La pododermatitis puede desarrollarse en los primeros días de vida, con señales iniciales observables a los cuatro días de edad (Breuer et al., 2006). Aunque se registran lesiones durante todas las etapas de la vida de las aves, tienden a sanar después de la séptima semana si el manejo de la cama y el entorno es adecuado (Mayne et al., 2006; 2007a).
EVALUACIÓN Y PREVALENCIA
Se han propuesto varios métodos para evaluar la prevalencia de pododermatitis y su impacto en los lotes (Arnould, 2011). A pesar de ser un problema común y variable en la producción avícola (Berg, 2004; Bessei, 2006; SCAHAW, 2000), se reconoce la necesidad de un manejo adecuado para minimizar su incidencia y promover la salud de las aves.