En el ámbito médico, la patología general marca la transición entre las disciplinas básicas y las clínicas. Los métodos utilizados en el estudio de la anatomía, histología y fisiología se aplican para detectar la biología alterada y sus causas. En la medicina veterinaria, la patología general abarca un espectro más amplio, ya que además de esta transición, sirve como una introducción a la patología comparada.

Esto implica el estudio de diversas clases de vertebrados e incluso invertebrados, como las enfermedades de las abejas y los camarones, que son parte de la producción de alimentos para consumo humano y, por lo tanto, entran en el campo de estudio de las ciencias veterinarias.

La patología aviar se distingue por ser una categoría diferente y específica. El patólogo aviar es un profesional altamente especializado que combina habilidades clínicas con conocimientos en zootecnia, debido a las particularidades de la industria avícola.

En la segunda mitad del siglo XX, la avicultura dejó de ser una actividad secundaria en la economía rural, principalmente en forma de pequeñas y medianas empresas familiares, para convertirse en una industria de alta tecnología y grandes inversiones. Esta industria adquirió una importancia prioritaria en el mercado mundial de alimentos.

A medida que avanzaba el siglo XXI, los programas de control de enfermedades infecciosas en aves adquirieron una dimensión global. El aumento del comercio internacional de aves y sus productos resultó en la aparición de problemas de sanidad animal y salud pública en todas las regiones avícolas del mundo.

Este desafío significativo ha sido enfrentado por los patólogos aviares mediante la adopción de los últimos avances en la detección y caracterización de agentes patógenos que afectan a las aves.

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