Alrededor del 10-25% del alimento que consumen los pollos no se puede digerir completamente. Por ello, es recomendable complementar la dieta con enzimas o extractos de fermentación con actividad enzimática.
El uso de enzimas exógenas en la alimentación animal puede mejorar la digestibilidad de los nutrientes, lo que a su vez mejora el rendimiento de las aves y la eficiencia alimentaria. Esto asegura que los animales obtengan la cantidad correcta de nutrientes que necesitan, lo cual es particularmente valioso en un contexto de altos precios de las materias primas. Los formuladores buscan combinaciones de ingredientes que permitan crear dietas más económicas.
La industria de la alimentación animal enfrenta numerosos desafíos. Aunque la mayoría de los productores ha resistido los efectos del Covid-19, también han tenido que lidiar con la volatilidad, escasez y aumento de precios de los granos. Estos impactos han representado un verdadero desafío para la rentabilidad y el rendimiento de las empresas ganaderas. Para satisfacer la creciente demanda mundial de proteína animal, los productores deben ayudar a los animales a alcanzar su potencial genético, y esto comienza con una adecuada alimentación.
Si bien muchos productores pueden seguir utilizando dietas convencionales basadas en maíz y soja, aunque a un costo mayor, otros en todo el mundo se han visto obligados a ser más creativos con la composición de sus dietas debido a los altos costos de las materias primas o la falta de disponibilidad de los granos comúnmente usados.
Independientemente de la composición de la dieta, todos los productores deben maximizar la eficiencia alimentaria. Esto a menudo requiere estrategias multidimensionales, que comienzan con una comprensión de las disponibilidades de suministro y las composiciones de nutrientes de los ingredientes para superar cualquier desafío nutricional.