Monitoreo del agua, suelo y excremento para la identificación de parásitos gastrointestinales en gallinas ponedoras

En la avicultura, las infecciones parasitarias gastrointestinales son un problema recurrente que afecta la salud de las gallinas ponedoras, causando pérdida de peso, anemia y diarrea. Este estudio se llevó a cabo en el corral de gallinas ponedoras del Rancho Universitario de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (RU-UACJ), en el Valle de Juárez, Chihuahua, con el objetivo de monitorear la presencia de parásitos en el agua, suelo y excremento de las aves, proporcionando información clave para prevenir futuros contagios.

Se realizaron muestreos durante el otoño de 2020 e invierno de 2020-2021, y los análisis de laboratorio identificaron cuatro géneros de helmintos nematodos: Toxocara y Ancylostoma en agua; Strongyloides, Ascaris, Toxocara y Ancylostoma en suelo; y Ascaris en excremento. Estos hallazgos resaltan la importancia del monitoreo ambiental para implementar Buenas Prácticas Ganaderas y mejorar la sanidad avícola.

 

 

 

Introducción

El mantenimiento de un estado óptimo de salud en la avicultura depende de la aplicación de Buenas Prácticas Ganaderas (OIE, 2019), las cuales son respaldadas por la Ley Federal de Sanidad Animal en México. Factores de riesgo en el entorno y manejo de las aves pueden desencadenar infecciones parasitarias, comprometiendo su bienestar y productividad (Ratanapob et al., 2012; Barasona et al., 2014).

 

Las infecciones parasitarias en aves son comunes y son provocadas por helmintos y protozoos (Camposano, 2018). Estas infecciones pueden causar disminución del peso corporal, anemia y diarrea (Ensucho et al., 2015), afectando directamente la producción avícola.

 

Uno de los principales mecanismos de transmisión parasitaria es el contacto con agua y suelo contaminados (Keraita y Amoah, 2011). En el suelo pueden encontrarse huevos y larvas de parásitos, mientras que el agua contaminada favorece su incubación y propagación (Ojha et al., 2014; Milano et al., 2007). Además, la ingesta de agua contaminada reduce la producción de huevo en gallinas ponedoras (Rueda, 2020).

 

Este estudio se enfocó en el monitoreo del agua, suelo y excremento en el RU-UACJ, con el fin de identificar la presencia de parásitos gastrointestinales y prevenir futuros brotes parasitarios en la explotación avícola.

 

Materiales y Métodos

Este estudio fue dirigido por la Ph. D. Zarhelia Carlo Rojas y la Ph. D. Ana Bertha Gatica Colima, del Instituto de Ciencias Biomédicas, Programa de Maestría en Ciencia Animal de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.

 

El estudio se realizó en el RU-UACJ, ubicado en el Valle de Juárez, Chihuahua, a 1090 msnm (31° 21′ 20″ N, 105° 59′ 59″ O). La región tiene un clima árido extremoso, con temperaturas entre -10°C y 43°C, una precipitación anual de 275 mm y vientos dominantes del suroeste (INEGI, 2020).

 

Se recolectaron muestras de agua, suelo y excremento en otoño de 2020 e invierno de 2020-2021. Las muestras fueron analizadas en el Laboratorio de la División Multidisciplinaria de Nuevo Casas Grandes de la UACJ. La zona de estudio recibe agua del canal del río Bravo y el suelo del corral está compuesto de tierra compactada.

 

La prevalencia parasitaria se calculó mediante la fórmula: P= (n/N) x100 (OPS, 2018), donde:

– P = prevalencia

– n = número de animales positivos

– N = total de animales evaluados

 

Muestreo y análisis

– Agua: Se tomaron muestras del canal de riego y de la llave de agua potable, siguiendo las normas NOM-230-SSA1-2002 y NMX-AA-003-1980. Se usaron garrafones plásticos de 6 litros, desinfectados con hipoclorito de sodio al 10 % y enjuagados con agua destilada. El análisis se realizó según el protocolo de Maya (2017), basado en la norma NMX-AA-113-SCFI-2012.

 

– Suelo: Se recolectaron 500 g de suelo por muestra a una profundidad de 0 a 5 cm, según la NMX-AA-132-SCFI-2016. Se almacenaron en bolsas de polietileno y se transportaron refrigeradas al laboratorio para el análisis mediante la técnica de flotación Sheather (Polo, 2006).

 

– Excremento: Se recolectaron muestras compuestas durante tres días consecutivos por estación. Se almacenaron a 4°C (PANAFTOSA, 2017) y se analizaron con técnicas coproparasitoscópicas de Faust, sedimentación (Figueroa-Castillo et al., 2015) y McMaster (OPS, 2020).

 

Los resultados obtenidos permitirán diseñar estrategias de control y prevención, garantizando un manejo sanitario adecuado en explotaciones avícolas.

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