Durante la primera semana de vida, los pollos de engorde experimentan varios cambios de desarrollo que comienzan durante la incubación. El continuo desarrollo de órganos como el tracto gastrointestinal y el sistema inmunológico puede influir en los requerimientos nutricionales durante este periodo.

Al salir de la etapa embrionaria, los pollitos dependen principalmente de la grasa de la yema y la proteína de la clara para su nutrición. Sin embargo, tras el nacimiento, la fuente principal de energía proviene del almidón, un componente nutricional al que no estuvieron expuestos durante su vida embrionaria, junto con otras fuentes de proteínas que pueden tener diferentes niveles de digestibilidad dependiendo de su origen.

Durante esta fase inicial, también se establece la base para el desarrollo muscular, un aspecto crucial para la formación posterior de los músculos de los muslos. Es por todas estas limitaciones iniciales que la calidad de la dieta durante la primera semana es fundamental. En las primeras horas, hay una reducción significativa de los niveles de glicógeno endógeno, que deben ser reemplazados, preferiblemente, por glicógeno proveniente del consumo de almidón de maíz u otra fuente de almidón.

Es esencial que los pollitos aprendan a consumir alimento rápidamente, ya que esto promueve la rápida transformación anatómica y fisiológica de su sistema digestivo y favorece el desarrollo efectivo del sistema inmunológico. Además, existe una correlación significativa entre el peso alcanzado a los 7 días y el peso al momento del sacrificio, lo que subraya la importancia de un buen peso en esta etapa para la producción final del lote. Se recomienda que los pollitos alcancen aproximadamente 4.5 veces su peso inicial al séptimo día como referencia.

El consumo de alimento y agua es el primer gran desafío durante esta semana. Se debe prestar atención al consumo de alimento, la estructura física del mismo y el consumo de agua. La relación entre el consumo de agua y alimento debe ser de 2:1 desde el primer día de vida. Los pollitos necesitan agua para consumir alimentos, ya que producen poca saliva. Por lo tanto, se dice que los «pollos comen, porque beben».

Es beneficioso ofrecer partículas gruesas de alimento para estimular los mecanorreceptores del pico y promover un mayor consumo. Los pollitos, desde la primera semana de vida, prefieren comer partículas gruesas cuando se les da la oportunidad. Estudios han demostrado que el aumento de partículas gruesas en la dieta de preiniciación promueve un aumento en la energía metabolizable de la dieta, así como una mayor retención de nitrógeno y materia seca.

En resumen, es crucial asegurar un adecuado consumo de alimento y agua desde el primer día de vida de los pollos de engorde, ya que esto influirá en su desarrollo y rendimiento posterior.

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