Los sistemas de producción avícola varían significativamente en todo el mundo, adaptándose a los diferentes mercados a los que se dirigen. Más allá de su enfoque en la carne de pollo, la producción de huevos y las razas de doble utilidad, estos sistemas están experimentando cambios notables a medida que evolucionan los sistemas de alojamiento para cumplir con las demandas sociales, mejorar el bienestar y la salud de los animales, y afrontar los desafíos ambientales derivados del cambio climático.
Estas diferencias en los sistemas de producción introducen interacciones complejas entre el genotipo y el ambiente (GxE) en relación con las características individuales, especialmente en lo que respecta a la producción de huevos, y los objetivos de reproducción, que dependen de la importancia relativa de cada característica. Como resultado, se ha desarrollado una clasificación genética de líneas o individuos dentro de líneas para adaptarse a las variaciones en el entorno, el sistema de producción o las necesidades del mercado.