Pérdidas relacionadas con la inflamación intestinal

La producción de pollos de engorde enfrenta actualmente importantes desafíos de rentabilidad debido a varios factores:

– El aumento de los precios de los granos.

– La devaluación de las monedas.

– La reducción del poder adquisitivo de los consumidores.

 

Estos factores están llevando a las industrias a enfocarse cada vez más en la eficiencia productiva y en la reducción de los costos de producción de los pollos de engorde. Dentro de las estrategias para reducir estos costos, la atención a la salud intestinal juega un papel crucial.

 

Es esencial comprender que la calidad intestinal no solo debe facilitar una digestión óptima y una absorción eficiente, sino también bloquear efectivamente la entrada de patógenos, manteniendo el equilibrio fisiológico del intestino a lo largo de la vida del ave.

 

La inflamación es una parte inherente de cualquier respuesta inmune y es necesaria para eliminar o controlar los desafíos. La gran pregunta es: ¿cómo podemos acondicionar todos los sistemas involucrados después de un desafío para que la inflamación sea adecuada para el ave e inadecuada para el patógeno?

 

Es muy común observar que el resultado de una inflamación o respuesta desequilibrada favorece no solo al patógeno desencadenante, sino también a otros patógenos secundarios. En el centro de este autocontrol está la expresión de receptores en células intraepiteliales que reconocen diferentes signos de este desequilibrio.

 

Entre estos receptores, los TLRs (receptores tipo Toll) y NODs (proteínas de oligomerización de nucleótidos) son en gran parte responsables del reconocimiento específico de diferentes PAMPs (patrones moleculares asociados con patógenos). En condiciones ideales, la expresión de TLRs es baja, pero durante la inflamación crónica, esta expresión aumenta y provoca diversos efectos. Algunos de estos efectos son necesarios para el retorno a la normalidad, mientras que otros son indeseables, buscando siempre un equilibrio constante entre:

 

– La fuerza de unión de las tight-junctions.

– La producción de defensinas.

– La producción de inmunoglobulina A (IgA).

 

Por lo tanto, la permeabilidad intestinal se ve fuertemente afectada por el equilibrio de diferentes desencadenantes inflamatorios, que incluyen la presencia de lipopolisacáridos (LPS), peptidoglicanos (PGN) de la pared celular bacteriana y proteínas flagelares.

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