El Servicio Geológico Colombiano resalta la relevancia de la sensibilización sísmica en un país caracterizado por su alta actividad en términos de sismicidad. Colombia, situada en una región donde se entrelazan diversas placas tectónicas, experimenta movimientos telúricos en gran parte de su territorio debido a esta interacción geológica. Específicamente, las áreas costeras y las regiones adyacentes a las cordilleras muestran una mayor susceptibilidad a la actividad sísmica.

En medio de esta situación, el Nido Sísmico de Bucaramanga se posiciona como un epicentro constante de movimientos telúricos. Ubicado en el departamento de Santander, en las cercanías del municipio de Los Santos, este núcleo sísmico sorprendentemente concentra el 60% de la totalidad de la actividad sísmica en Colombia. Los temblores, que se presentan casi de manera continua en esta zona, resaltan la importancia de la preparación para enfrentar eventos sísmicos.

Cada mes, el país registra en promedio alrededor de 2.500 sismos. No obstante, la mayoría de estos sismos carecen de una magnitud e intensidad significativas, muchos de los cuales pasan inadvertidos para la población. A lo largo de las últimas tres décadas, la Red Sismológica Nacional de Colombia ha documentado casi 300.000 de estos incidentes, evidenciando la actividad sísmica constante que caracteriza al país.

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