El «buen comienzo» de una excelente producción de huevos en las granjas de reproductoras se encuentra indudablemente en la fase de recría, la cual se puede dividir en tres etapas:

Fase de cría (de 0 días a 4 semanas)

Fase de mantenimiento del ave (aproximadamente de las 4 a 14 semanas)

Fase de preparación para la puesta (de las 14 semanas hasta la transferencia a la producción).

El objetivo principal es obtener una progenie de calidad. Para lograrlo, es crucial formar lotes uniformes de reproductoras, tanto en peso corporal como en tamaño de canal. Estos lotes deben ser saludables y garantizar un alto grado de bienestar animal. Solo así se podrán producir huevos fértiles de la calidad y tamaño ideales para conformar lotes uniformes y saludables.

Es cierto que intervienen numerosos factores como:

Estas prácticas influyen significativamente en la productividad y en la calidad de los huevos fértiles. No obstante, sabemos que las buenas prácticas de producción, implementadas correctamente durante la fase de recría, son esenciales para maximizar la expresión genética de las aves reproductoras. Estas prácticas facilitan y promueven el bienestar y la salud de las aves al interactuar con su entorno, lo que se traduce en alta productividad y calidad.

Y sí, es correcto pensar que la primera «puerta» hacia una cría exitosa se abre incluso antes de que las aves (tanto machos como hembras reproductoras) lleguen a las granjas de recría.

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